Gases de efecto invernadero
Un gas de efecto invernadero (GEI) es un gas que absorbe y emite radiaciones infrarrojas. Es decir, los gases absorben la energía solar y mantienen el calor cerca de la superficie de la Tierra, en lugar de dejarlo escapar al espacio. Esta captura de calor se conoce como efecto invernadero.
Los (GEI) pueden permanecer en la atmósfera por períodos que van desde algunos años hasta miles de años. Tienen además un impacto mundial, sin importar dónde fueron emitidos por primera vez.
Estos gases son producidos naturalmente ya que son componentes básicos de la atmósfera pero también pueden ser producidos de manera antropogénica (por el hombre). El efecto invernadero hace que la temperatura de la superficie de la Tierra sea mayor que la que tendría si no existieran estos gases en la atmósfera, lo que permite la vida en el planeta.
Los (GEI) se han vuelto un problema durante los dos últimos siglos ya que la actividad humana ha incrementado considerablemente su concentración, afectando actualmente a los sistemas meteorológicos y climáticos de nuestro planeta, lo que conocemos hoy como cambio climático.
Las entidades que coordinan la respuesta global al cambio climático (Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París), reconocen los siguiente siete gases de efecto invernadero, como agentes responsables del cambio climático:
- Dióxido de carbono
- Metano
- Óxido nitroso
- Hidrofluorocarburos
- Perfluorocarburos
- Hexafluoruro de azufre
- Trifluoruro de nitrógeno