Sin azul no hay verde y viceversa: biodiversidad y servicios ecosistémicos
María Ignacia nos escribe desde las tierras lejanas de Australia, donde hizo una pausa en su investigación para contarnos sobre la importancia de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. Para profundizar un poco más en estos temas y aprender sobre el rol que tienen en el planeta y su impacto en nuestras vidas, te invitamos a leer su siguiente artículo.
Desde una perspectiva antropocéntrica, por décadas nos han enseñado que la naturaleza se encuentra a disposición del ser humano. Es así como dentro de la biodiversidad ecológica se han descrito y definido servicios ecosistémicos, entendiéndose éstos como los bienes y funciones entregados por la naturaleza y que hacen posible la vida humana. Con el crecimiento sostenido de la población humana y la desinformación en torno a la importancia de la naturaleza, la capacidad de carga de los ecosistemas y por ende de sus servicios, se ha visto sobrepasada.
Es hora de devolverle la mano a la naturaleza.
Para ello primero debemos colocar el bienestar de la naturaleza como eje central de supervivencia ya que nos debemos a ella. Comencemos a conocerla, informarnos de su labor y ejecutar acciones para cuidarla y respetarla.
Los servicios ecosistémicos
Para ponernos en contexto debemos preguntarnos, ¿cuáles son los servicios ecosistémicos?
Éstos se han dividido en cuatro grandes grupos: servicios de apoyo (o soporte), de abastecimiento, de regulación y culturales.
Servicios de apoyo
No es aleatorio que se menciona a los servicios de apoyo primero, estos están en la base (apoyan o soportan) de las otras tres categorías de servicios. Son los responsables del mantenimiento del ciclo de la vida y de la diversidad genética. Nos referimos a procesos físico - químicos como el ciclo del agua, de nutrientes y la formación del suelo; y al hábitat de refugio, reproducción y mantención de la variedad genética entre poblaciones de especies. Por ejemplo, algo tan simple como una planta de Nalca (Gunnera tinctoria) en el sur de Chile, provee de alimento y refugio a una decena de aves. El resultado de estos servicios nos da pie para definir a los siguientes.
Servicios de abastecimiento
Entenderemos como servicios de abastecimiento aquellos recursos que utilizamos o consumimos, ya sea de forma directa o procesados, es decir, agua dulce, madera, alimentos, sal, fibra, medicamentos y combustibles, por mencionar algunos.
Por años, las sociedades humanas hemos sido extractivistas, sobreexplotando estos recursos sin una planificación correcta.
De esta manera, las grandes pesquerías del mundo están hoy colapsadas y más del 40% de los suelos de uso agrícola se encuentran degradados o sólo albergan monocultivos (plantaciones de pinos, eucaliptos y palma, por ejemplo), generando un impacto sobre otros servicios, como los de regulación. Para entender cómo ocurre este impacto, describamos algunos de los servicios de regulación que nos brindan los ecosistemas, ya sea marinos o terrestres.
Servicios de regulación
El clima mundial es regulado por el suelo y los océanos, mediante la captura de uno de los principales gases de efecto invernadero, el dióxido de carbono (CO2).
Los bosques y plantas en el medio terrestre y el fitoplancton en el medio marino, son ejemplos de organismos fotosintéticos que consumen CO2 regulando la temperatura del planeta y la calidad del aire.
Los humedales, manglares, dunas y otros ecosistemas costeros protegen, además, las costas del avance del mar producto del aumento en sus niveles. La degradación de los suelos y la alteración de diversidad marina afectarán directamente a estos servicios.
Otros ejemplos de servicios de regulación son la regulación de enfermedades, la cual es llevada a cabo, en parte, por organismos que consumen desechos orgánicos como los animales carroñeros, gusanos y hongos. Ellos se encargan de evitar la putrefacción de materia orgánica y la proliferación de patógenos dañinos y causantes de enfermedades. La regulación y el crecimiento de nuevas plantas y cultivos es perpetuada por la ayuda de animales polinizadores, como las abejas y murciélagos.
Servicios culturales
Los servicios ecosistémicos culturales son aquellos beneficios inmateriales que obtenemos de la naturaleza y los ecosistemas. En parte, son aquellos que nos brindan bienestar emocional y tal vez una conexión más espiritual con la naturaleza. Nos referimos al turismo, al valor estético del paisaje y de las áreas de recreación, así como también a la identidad cultural y tradiciones de un determinado territorio. Finalmente y no menos importante, los servicios culturales de los ecosistemas son la base del conocimiento científico.
El valor de los servicios ecosistémicos
El ser humano suele darle mayor importancia o valor a aquellos objetos que tienen precio. El valor económico real de estos servicios es incalculable, muchos de ellos no tienen un mercado, y por ende carecen de un valor monetario. Sin embargo, a finales de la década de los ´90 comienzan a surgir propuestas y estudios que ponen sobre la mesa la importancia de conservar los diferentes ecosistemas del planeta ya que la pérdida de ellos influye directamente sobre el bienestar humano.
En el año 2001 nace la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, proyecto convocado por las Naciones Unidas. Asimismo, el año 2008, durante la reunión anual de la convención internacional sobre el Convenio de la Diversidad Biológica (CBD por sus siglas en inglés), un grupo de investigadores presentaron un estudio acerca del valor económico de la naturaleza y las consecuencias a mediano - largo plazo de la pérdida continua de biodiversidad. Estas iniciativas han ayudado a colocar un valor práctico a los ecosistemas y sus servicios y así contribuir a la toma de decisiones por parte de los gobiernos y organismos regionales que participan en la gestión ambiental.
Vamos a dar un ejemplo práctico para tratar de resumir la importancia de lo que hemos estado hablando.
En Chile, estudios han calculado que las ballenas azules (Balaenoptera musculus) nos proveen de servicios evaluados en más de 2000 millones de dólares, ya que esta especie, así como otros predadores tope, capturan CO2 mediante su alimentación (fitoplancton en el caso de las ballenas) y a su vez las heces de estos cetáceos son un insumo para la producción primaria de fitoplancton, principales captadores de CO2 y productores de oxígeno, como mencionamos anteriormente.
Asimismo, al promover la existencia de fitoplancton, se promoverá la mantención y recuperación de pesquerías que también se alimentan de estos organismos. Además, los cetáceos son considerados un atractivo turístico que genera economía local para pequeñas localidades costeras.
Ahora que sabemos un poco más acerca de la importancia de la naturaleza a través de sus servicios, como ciudadanos del mundo y consumidores debemos ser responsables y promover la perpetuación de estos servicios.
Como por ejemplo, la producción de salmones en el sur de Chile y Argentina. Los desechos del cultivo de salmonídeos son más de cuatro veces lo que genera la población humana establecida en las regiones donde se concentra su producción. Estos desechos traen como consecuencia la eutroficación del agua, es decir, una sobrecarga de minerales y nutrientes inorgánicos que estimulan un crecimiento desenfrenado de algas. Este impacto deja desprovisto al suelo marino de poder albergar vida, en otras palabras, lo matan.
Es deber de todos promover iniciativas ciudadanas y científicas que procuren conservar especies en categoría de conservación y que sean importantes para la mantención de los bienes ecosistémicos. Promover actividades turísticas que no dañen los ecosistemas y educar a esta generación y a las que vienen sobre la importancia de la biodiversidad como motor central del bienestar de los seres vivos.