Las redes sociales y su influencia en nuestra alimentación
Las redes sociales ya son para la mayoría una herramienta de todos los días, por esto mismo quizás muchas veces pasamos por alto la influencia que tienen sobre nosotros. Es innegable que tienen ventajas y peligros, pero ¿sabemos realmente cuánto nos afecta a la hora de alimentarnos? Camila escribe sobre la influencia que tienen sobre nuestras decisiones y hace una reflexión sobre cómo intentar manejar estas influencias.
La mayoría de las personas queremos pensar que tenemos algún grado de libertad a la hora de elegir qué comer, que si decidimos, por ejemplo, comer una ensalada o papas fritas, pensamos que fue una decisión personal. Pero, ¿podría ser que existe una influencia sobre nosotros que nos lleva a decidir qué comer y cómo hacerlo? ¿Tienen las redes sociales que vemos diariamente una influencia sobre nuestras decisiones a la hora de alimentarnos?
Utilizando redes sociales como Instagram, Twitter o Facebook, es usual encontrarse con fotografías de comida perfecta, que muchas veces se ve deliciosa y nos dan ganas de comer exactamente lo mismo. Evidentemente los sentidos del olfato y gusto tienen un poder sobre nosotros, pero es posible que en la actualidad, la vista nos influya aún más a la hora de comer.
Recientemente se ha investigado que si observas fotografías de alimentos, ese estímulo visual te puede hacer sentir el deseo de comer pero, aún así hay muchos otros factores que determinan si ese estímulo es el determinante. Hay otros factores a considerar, como por ejemplo, si esa comida está disponible para el consumidor en ese momento, ya sea por el lugar en el que vive o el acceso que tenga a esa comida.
No podemos negar que las redes sociales hoy en día forman parte de nuestras vidas. Hay estudios que analizan el caso de que si tus amigos publican fotos regularmente de ciertos tipos de alimentos, tú podrías sentir el impulso de hacer lo mismo, ya sea para bien o para mal.1
Es un hecho que en la actualidad estamos muy determinados por nuestro círculo social en relación a como nos alimentamos y mas aún, si es nuestro círculo más cercano2. Si en tu grupo cercano publican fotos consumiendo hamburguesas de cierto lugar, es probable que te veas tentado a hacer lo mismo, a comer lo mismo y publicar al respecto. Lo que se puede transformar en una especie de norma.
Los humanos biológicamente estamos más predeterminados a desear comida rápida y en particular, alimentos con grasas saturadas porque nos hace sentir bien (producimos dopamina y se estimula nuestro centro de placer en el cerebro). Al hacernos sentir más “felices” biológicamente, nos vamos a enganchar más al ver este tipo de comida. Esto hace por ejemplo, que al ver un comercial o una fotografía de alguien comiendo pizza, nos de un deseo de hacer lo mismo.
Esto es una problemática real de nuestros tiempos. El hecho de estar más expuestos a este tipo de comida no saludable, altera nuestra percepción de qué es saludable y puede llegar a modificar nuestros hábitos. Esto podría conllevar a el desarrollo de una dieta poco saludable.
Las redes sociales funcionan con algoritmos programados para aumentar la exposición del contenido que es de nuestro gusto o que es compartido por nuestro círculo cercano. Una mayor interacción de nuestra parte con fotografías o videos que muestren alimentos poco saludables, va a producir en consecuencia que el algoritmo aumentará nuestra exposición hacia ese contenido. En esos casos es posible que las redes sociales nos haga cambiar nuestra percepción a la hora de comer. Transformándose en un círculo vicioso el cual puede condicionar tus decisiones.
Es cierto que en todo el mundo los hábitos alimenticios han cambiado. En muchos casos creemos que trabajar y ganar dinero es más importante que sentarse a comer y compartir en la mesa. Así como también, las redes sociales nos han vuelto más obsesionados con cómo se ve la comida y nos ha hecho perder el norte en algunos casos de lo importante. Como lo es su valor nutricional, su sabor y compartir una comida. Evidentemente estamos en una era más visual, pero eso tiene un costo en nuestra salud, estamos ignorando nuestros otros sentidos, como lo es tocar la comida, olerla y saborearla.
Niños y adolescentes ven publicidades de comida entre 30 a 189 veces por semana en las redes sociales, siendo las más comunes la comida rápida y bebidas azucaradas4. Pero hoy en día no es solo la publicidad lo que nos influye, sino que todos somos capaces de influir a otras personas online. Hay varios factores como ya mencioné antes, no es lo mismo ver fotos de comida con hambre o estar buscando recetas de alguna comida en particular. No podemos decir con seguridad cuánto es que afecta, pero sí que nuestra relación con la comida ha cambiado y que las redes sociales en algunos casos pueden ser un factor predominante para influenciar nuestro comportamiento.
Todos somos diferentes, por lo que no es fácil medir cuánto afecta, ya que no todos respondemos igual a las influencias o imágenes. Aún sin respuestas definitivas de cuánto afectan, sabemos que las redes sociales influyen en nuestras dietas, ya sea de una manera positiva o negativa.
En el libro “The way we eat now” Bee Wilson señala el ejemplo del huevo y cómo ha cambiado nuestra relación con este ingrediente. El huevo pasó de ser en los años 90 un ingrediente supuestamente muy alto en colesterol y nocivo para la salud si su consumo era excesivo. A hoy en día ser un alimento que está en un boom de consumo, lo cual muchos señalan que podría ser debido a que es fotogénico y sus colores fuerte. El huevo es hoy de los hashtags más usados en Instagram.
Hay otros ejemplos de movimientos en las redes sociales que crean tendencias, como Veganuary, que busca hacer de Enero un mes de consumo vegano o de un menor consumo de carne. El movimiento veganuary, ha hecho que otros activistas se planteen si es el adecuado y que quizás es mejor el concepto de Regenuary; un movimiento que invita a por un mes re pensar de dónde provienen nuestros alimentos. Regenuary incentiva a consumir alimentos de prácticas regenerativas, no necesariamente veganos. Esto por que muchas marcas comienzan a producir productos veganos, pero sin importar sus métodos de producción y se vuelve bueno para el marketing, pero no siempre bueno para el medio ambiente. Hay muchos ejemplos de tendencias alimentarias en las redes sociales, pero de lo que sí estamos seguros es que algo de influencia tienen las redes sociales en nuestras dietas actuales.
La invitación es a reflexionar, ya sabemos que ahora todos tenemos el poder de influenciar a alguien a través de lo que publicamos. Analizar y darnos unos minutos para ver si es algo que queremos publicar genuinamente o si estamos cayendo en el círculo vicioso de las redes sociales, preguntarse si lo que publico ¿Es por mí? ¿Es por aceptación? ¿Es por crear o seguir una tendecia?