Bosques bajo la lupa: la inmensidad de lo pequeño

Publicado el 6 de junio, 2022 | Lectura de 7 mins.

Desde el proyecto Bosque con Lupa explican sobre los microbosques, aquellos que son traídos a la vida gracias a la interacción de briófitas y líquenes, entre muchos otros organismos. Conoce aquí este increíble pequeño mundo y una iniciativa que invita a conocerlo en la Región de Aysén.

Estar inmersos en un bosque y sentir el aire fresco, los sonidos, las texturas, los olores y la sensación de la tierra bajo nuestros pies es, sin duda, una experiencia en la que nos sentimos parte de la diversidad de organismos que conviven en los espacios protegidos por las copas de los árboles.

Pero, ¿qué sucede cuando enfocamos la mirada sobre la corteza de un árbol caído, en el suelo por el cual caminamos o bajo la piedra de un arroyo? Al detenernos y fijar nuestra atención en estos detalles se revelan complejos ecosistemas milenarios que muchas veces no alcanzan el centímetro de altura y que se pueden descubrir con ayuda de una lupa: esto es el microbosque en todo su esplendor.

Paisajes en miniatura

Bosque en miniatura y microbosque son metáforas que permiten dar a conocer y valorar los pequeños ecosistemas conformados por una vasta diversidad de especies con las que cohabitamos, pero que por lo general pasan inadvertidas ante nuestros ojos.

Entre las especies que dan vida al microbosque se encuentran las briófitas, divididas en tres grupos principales: musgos, hepáticas y antocerotes. Estos grupos corresponden a pequeñas plantas no vasculares, lo que significa que carecen de tejidos especializados para el transporte de agua y nutrientes y que, a la vez, no poseen flores, frutos ni semillas¹.

*Cladonia gracilis* Créditos: Reinaldo Vargas

En convivencia con las briófitas están los líquenes, los cuales corresponden a una simbiosis entre diferentes organismos, específicamente entre un alga y/o cianobacteria y un hongo. Los líquenes son el resultado de una estrategia ecológica en la que el hongo (micobionte) se beneficia del alimento generado a partir del proceso de fotosíntesis realizado por el alga y/o cianobacteria (fotobiontes) y éstas a su vez se benefician de la estructura del hongo, el cual le otorga la forma al líquen. Esta colaboración simbiótica ha posibilitado la existencia y evolución de los líquenes durante milenios, permitiéndoles estar presentes en diversos ecosistemas, desde el desierto hasta la Antártica².

La interacción de briófitas y líquenes, entre muchos otros organismos, dan vida al microbosque, un hogar para diversos seres vivos como los invertebrados, organismos que se caracterizan por la ausencia de columna vertebral, su pequeño tamaño y la diversidad de sus formas³. Los invertebrados son capaces de colonizar tanto ambientes terrestres, marinos y dulce acuícolas⁴. A pesar del poco conocimiento que existe sobre ellos, representan más del 90% de los animales del planeta⁵. En este grupo se encuentran los macroinvertebrados de agua dulce que se caracterizan por pasar gran parte o toda su vida bajo el agua, sumergidos bajo arroyos, ríos y lagos.

Ecosistemas milenarios: resiliencia, diversidad y rol en la continuidad de la vida en el planeta

Es en la convivencia de estas especies que se entretejen ecosistemas milenarios caracterizados por ser uno de los más resilientes y diversos de la Tierra. Las funciones ecológicas de cada organismo que da vida al microbosque -entre ellos briófitas, líquenes y macroinvertebrados de agua dulce- son fundamentales para la continuidad de la vida en el planeta.

Las briófitas y líquenes, gracias a su capacidad de realizar fotosíntesis, son capaces de fijar el carbono atmosférico del aire y liberar oxígeno. Estos pequeños organismos también cumplen la función de absorber y retener los minerales y nutrientes presentes en aguas de lluvia, impidiendo su pérdida y reintegrándolos a los ecosistemas. Asimismo, son capaces de retener el exceso de agua lluvia y liberarla durante periodos de mayor escasez, y son importantes protectores de los suelos, impidiendo su erosión por agua, viento y temperaturas extremas⁶⁷.

*Cora hawksworthiana.* Créditos: Reinaldo Vargas

Por su parte los macroinvertebrados de agua dulce, cohabitantes del microbosque, en su diversidad cumplen funciones esenciales para las redes de alimentación y la transferencia de energía y nutrientes, además de ser excelentes polinizadores y, debido a su sensibilidad ante cambios en el medio ambiente, son importantes indicadores de las condiciones ambientales⁸⁹.

A pesar de su importancia ecológica en Chile aún es muy poco lo que conocemos de estos organismos. Es por esto que, desde 2019, en un esfuerzo por dar a conocer y valorar estos pequeños ecosistemas, el Proyecto Bosque con lupa comienza a sentar las bases para implementar el ecotursimo con lupa en la región de Aysén.

A través de la lupa: un viaje a las profundidades de los bosques del sur

El ecoturismo con lupa es una práctica implementada por primera vez por el biólogo y filósofo chileno Ricardo Rozzi y su equipo de investigación en las profundidades del Parque Etnobotánico Omora, situado en la Isla Navarino del archipiélago de Tierra del Fuego.

Con base en la Filosofía Ambiental de Campo (FILAC), una metodología que vincula el conocimiento con la convivencia de comunidades humanas y no-humanas, Rozzi y su equipo ponen en práctica el ecoturismo con lupa, un tipo de turismo científico de bajo impacto que se basa en la observación de pequeños seres vivos y ecosistemas que conforman los bosques en miniatura.

*Nephroma antarcticum.* Créditos: Reinaldo Vargas

“Un viaje de observación y valoración de pequeñas comunidades de seres vivos que comúnmente pasan desapercibidos para la mayoría de las personas. Dado su bajo impacto ambiental, entre otras características, esta actividad es una oportunidad hacia un turismo con alto valor educativo, estético y ético”¹⁰.

Inspirados en la experiencia del equipo del Parque Etnobotánico Omora, el Proyecto Bosque con lupa busca abrir camino para experiencias de ecoturismo con lupa desde Aysén, una región reconocida como un destino prístino, de inexplorada belleza y que alberga a un tercio de las 14,5 millones de hectáreas que configuran el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas de Chile¹¹.

Con el objetivo de desarrollar el ecoturismo con lupa y con el fin de diversificar la oferta de turismo de intereses especiales y aumentar la competitividad de este rubro en Aysén se da vida al Proyecto Bosque con lupa, una iniciativa del Campus Patagonia de la Universidad Austral de Chile, financiado por el Gobierno Regional de Aysén.

Bosques inexplorados de Aysén: un mundo por descubrir y cuidar

En el corazón de los bosques siempreverdes del Parque Nacional Queulat, situado en las localidades de Puyuhuapi y La Junta de la región de Aysén, se encuentra el sendero “El paso de los colonos”, hogar de pequeños y diversos habitantes del bosque y del agua. El lugar, de fácil acceso desde la carretera, permite apreciar la exuberante belleza del bosque siempreverde y del singular Lago Risopatrón, considerado uno de los más prístinos del norte de la Región de Aysén¹².

Es desde el sendero “El paso de los colonos” donde el equipo de Bosque con lupa decide iniciar su aventura por conocer qué organismos del microbosque están presentes en sus 400 metros de bosque siempreverde. A partir de 2019 se realiza la identificación de especies presentes en el sendero a cargo de los especialistas colaboradores Juan Larraín, Reinaldo Vargas, Tamara Contador, Yanet Medina y Javier Rendoll.

A partir de la identificación y catastro de las especies presentes en “El paso de los colonos”, el Proyecto realizó diversas actividades como la habilitación del sendero para la realización del ecoturismo con lupa; la capacitación de guías de turismo, guardaparques y estudiantes de turismo para realizar guiados de ecoturismo con lupa, y la creación de la Guía de Campo “Ecoturismo con lupa: briófitas, líquenes y macroinvertebrados de agua dulce. Parque Nacional Queulat, Región de Aysén”.

Tras estas y otras iniciativas, el Proyecto Bosque con lupa busca abrir caminos por los cuales sea posible seguir investigando y conociendo más sobre estos pequeños y asombrosos bosques que albergan diversas formas de vida y que son muestra de la resiliencia de lo pequeño y su conexión con lo macro, por lo que su cuidado se vuelve esencial en la búsqueda del bienestar de todas las formas de vida en la Tierra.