Los bosques del Maule y el queule

Por Miquel Moya Miquel Moya ,

Los bosques del Maule y el queule
Frutos del Queule

Miquel nos explica la importancia del bosque nativo, en particular el caso del bosque Maulino en Chile. Una voz crítica, frente a la conservación de bosques nativos y en particular al árbol queule, una especie en peligro de extinción, endémica de Chile, del cual hoy solo se conocen 22 poblaciones.

Los bosques nativos de la Región del Maule son un secreto a voces entre los fanáticos de la flora chilena. Llama la atención la diversidad y belleza de su patrimonio natural.

Es la región con más especies de árboles nativos en todo Chile y la única con un árbol endémico regional, el ruil (Nothofagus alessandrii)

El Maule es lo que se llama en ecología un ecotono, es decir, una zona de transición entre dos climas: el mediterráneo desde el norte y el templado lluvioso desde el sur. Entonces, tenemos bosque esclerófilo por un lado, pero comienza a aparecer el Avellano chileno, la Luma, el Raulí, el Pelú, la Tiaca, el Mañío hembra, la Tepa, la Lenga, por nombrar algunos. Es importante también el bosque Caducifolio de Hualo (Roble maulino), dominante en varios tipos de bosque.

Todo este relato de biodiversidad se empaña por el mal uso que se le ha dado históricamente a estas tierras. La selva maulina fue violentamente reemplazada por cultivos y posteriormente las tierras degradadas, por plantaciones de pino.

Foto de Diego Alarcon, Queule
Foto de Diego Alarcon, queule

De hecho, en el Maule hay más hectáreas de plantaciones de pino que de bosque nativo, y la mayoría de lo que queda de bosque nativo está en las estribaciones de la cordillera de Los Andes, en lugares como el cajón del Achibueno, donde se puede apreciar la gloria de los ecosistemas maulinos. 

La Cordillera de la Costa Maulina es un caso diferente. Las pocas zonas donde queda flora nativa, son verdaderas islas entre mares de plantaciones de pino (se habla de un 2% de bosque nativo restante en esta zona). Es en este contexto donde aparece nuestro protagonista; el queule (Gomortega keule). 

El queule

El queule es un árbol endémico de Chile, único miembro de la familia Gomortegaceae. Tiene un follaje siempreverde, puede alcanzar 30 metros de altura y su corteza es gris, crece en la Cordillera de la Costa en una restringida distribución entre Cauquenes, Maule, Arauco y Biobío. Se conocen muy pocas poblaciones, 22 en total. Actualmente está en peligro de extinción1, y es monumento natural, su tala está prohibida.

Frutos, fotografía de Diego Muñoz

Entre sus amenazas, el Ministerio del Medio Ambiente de Chile ha explicado que sufrió una deforestación descontrolada, lo que redujo su distribución a poblaciones de 100 individuos. Además, los fragmentos de bosques se han visto afectados por la invasión de Eucalyptus globulus y Pinus radiata

En mi opinión es lamentable lo poco que ha hecho el Estado para proteger este importante árbol, la única zona de protección estatal es la Reserva Nacional Los Queules, un minúsculo parche de bosque nativo entremedio de un mar de plantaciones de pino, donde se encuentran bajo protección sólo dos de las subpoblaciones. Por suerte, hay varias iniciativas privadas para conservar este árbol. Por ejemplo, está David Santos del vivero Encanta Salvaje en Linares. Él planta queule junto a otras plantas amenazadas del Maule. También está la fundación Keule que basa todos sus esfuerzos en dar a conocer y conservar el queule.

Por otro lado, su fruto es comestible y a nivel culinario es muy peculiar. Los frutos silvestres chilenos tienden a ser muy pequeños (maqui, murta, calafate, etc) y los que son más grandes como el belloto del sur o el lleuque, tienden a ser muy altos en mucílago (frutos viscosos).

Imagen de Fundación Keule

El queule tiene una textura similar al membrillo y un sabor único, lo que lo diferencia radicalmente de otros frutos nativos. Antiguamente era muy apreciado para hacer chicha y jarabe, incluso se dice que comer sus frutos frescos causa una cierta embriaguez. Hoy en día se puede ver en ferias cerca de las zonas donde crece, la gente local por lo general hace mermeladas.

A nivel botánico es un fruto que llama la atención. Es muy grande para cualquier animal del bosque maulino, se cree que era dispersado por megafauna como el mastodonte de las cordilleras, un tipo de elefante extinto más o menos en la misma fecha en la que llegaron los humanos a América. Esto puede explicar en parte su restringida distribución y escasez de individuos.

Este árbol es solo un ejemplo del pésimo manejo forestal que se le ha dado a la zona central históricamente.

El queule podría ser una buena alternativa para sistemas agroforestales en la Cordillera de la Costa del Maule si buscamos enmendar los errores del pasado.

Referencias

  1. https://clasificacionespecies.mma.gob.cl/wp-content/uploads/2019/10/Ficha_Web_Queule.pdf

Referencias:

Miquel Moya

Miquel Moya / Diseñador y recolector de plantas silvestres comestibles

Miquel es un naturalista que busca develar los secretos de la flora silvestre de diversas zonas en Chile. A través de su Instagram alimento silvestre realiza diferentes talleres para identificar y utilizar flores y plantas comestibles.

3 Comentarios

  1. Bianca

    Hola, interesante dato. Hace poco que estoy viviendo en el sector de Pencahue, cerca de tu Talca. Quisiera saber si existen arbolitos del Queule para plantar, para poder ir a buscarlos a algún lugar, así como CONAF entrega árboles nativos para su reforestación, ya que imagino, por las características, sería un buen árbol para sembrar en el campo donde varios amigos nos vinimos a vivir.

  2. Rodrigo Figueroa

    Hola
    Un grupo de amigos estamos comprando parcelas en el sector La Vinilla de la comuna de Rauco.
    Busco algún dato en donde comprar o conseguir plantas de queule, agradeceré cualquier información

    Saludos

  3. Gerardo Arellano Vallejos

    Como una forma de fomentar, tanto conocimiento, como cercanía con el medio natural, a los colegios con sello ecológico, a lo menos, entre otros la CONAF debería generar un plan de visitas a las reservas que contemple también a los apoderados y padres.
    Creo que todos debiésemos aportar en este sentido y también generando actitudes preventivas respecto del riesgo de incendios, que tanto daño causan no solo al bosque sino al desarrollo en su conjunto.

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