Conociendo las impresionantes funciones del micelio
El micelio es el verdadero cuerpo del hongo y cumple importantes funciones como la de simbiosis y descomposición, aunque muchas veces pase inadvertido a nuestros ojos. Para saber más detalles sobre estas labores, su relevancia y otras curiosidades del micelio, conversamos con Daniela Torres, directora de programas de Fundación Fungi. Aquí nos detalla cómo los hongos nos invitan, a través de estas funciones, a “comprender de una forma interconectada los diferentes componentes de un ecosistema”.
Imaginémonos esta escena. Entramos a un sendero por un bosque templado del sur de Chile, en otoño. En aquel clima húmedo, con el canto de alguna ave nativa detrás, con vistas a majestuosos árboles, el suelo tiene su propio espectáculo: ahí, puede que destaquen por sus colores algunos hongos. Pero también, quizás más inadvertido, está el micelio y su maravilloso mundo.
Es que, según explica Daniela Torres, directora de programas de la Fundación Fungi, el micelio es el verdadero cuerpo del hongo: “Las setas, callampas o carpóforos son la manifestación macroscópica del micelio, cuya finalidad es la reproducción sexual. El micelio está presente durante todo el año, en el suelo, en medio de la hojarasca, en los troncos, etc. Y sólo un par de veces al año presenta esta manifestación macroscópica que vemos y le llamamos ‘hongo’”. Así, el micelio se reproduce de forma asexual y puede crecer siempre y cuando su sustrato lo permita.
“Es así como el ser vivo más grande del mundo es un hongo, ya que el micelio ha crecido por décadas y abarca un área de 900 km aproximadamente, lo que equivale a 1200 canchas de fútbol aproximadamente”, dice Torres.
Pero hay más.
¿Tienen todos los hongos micelio? ¿Cuáles son las características de los que sí lo tienen?
El reino Fungi se divide en diferentes grupos, los más representativos a nuestra vista son aquellos que tienen micelio, son multicelulares y forman carpóforos (por ej, las levaduras son unicelulares, no forman micelio y también son hongos). Los hongos que forman micelio se denominan “filamentosos”, ya que el micelio se conforma de filamentos, llamados hifas, que en su conjunto son una estructura que podemos ver a simple vista, de aspecto algodonoso tipo tela de araña, llamada micelio.
Han hablado en otras entrevistas sobre las funciones de simbiosis y de descomposición del micelio. Sobre la primera, ¿cómo funciona? ¿Nos podrían dar un ejemplo sobre el rol del micelio en la interconexión del bosque?
La simbiosis es la representación de que en la naturaleza no todo es competencia, hay formatos más complejos en cómo las especies de un ecosistema se relacionan. La simbiosis es una colaboración de diferentes organismos cuya finalidad es el intercambio de nutrientes y agua. Si lo pensamos de esta forma, nuestro cuerpo es una simbiosis constante, donde conviven las células animales, bacterias y hongos, que hacen de nuestro sistema una perfección en su sincronización y equilibrio. Otro gran ejemplo, es la denominada internet del bosque, donde los hongos interconectan a los árboles de su alrededor. El micelio del hongo y la raíz de la planta se unen e intercambian algunos elementos. El hongo provee a la planta de nutrientes que por sí misma no puede sintetizar y le ayuda a aumentar su capacidad de absorción de agua, mientras que la planta provee al hongo de carbohidratos que la planta obtiene a través de la fotosíntesis. Investigaciones de los últimos años han revelado que esta interconexión permite a las plantas transportar alimento y energía a árboles enfermos o a las nuevas generaciones, no siendo una limitante la especie del árbol. La simbiosis es una red compleja de organismos que se ayudan entre sí.
¿Se relaciona esto, por ejemplo, con que algunas especies de hongos se vinculen con ciertas especies de árboles? (Por ejemplo, los hongos que se relacionan a la presencia de Nothogafus)
Una característica de los hongos es que son dependientes de su sustrato, es decir no todos los hongos crecen en todas partes. Si un hongo crece en las ramas de los árboles no crece en bosta de vaca por ejemplo. En el caso de los árboles del género Nothofagus, hay ciertos hongos que crecen y conviven con esos árboles, en su mayoría el complejo de hongos llamado “Cortinarius”. Es una relación muy antigua, que proviene de hace cientos de años y han coevolucionado en conjunto.
¿Nos pueden explicar más sobre la descomposición?
La descomposición es la transición que permiten y facilitan los hongos entre la vida y la muerte, específicamente aquellos hongos denominados “saprobios”, que se alimentan de materia orgánica. Donde nosotros vemos algo podrido, los hongos ven y transforman la materia en nueva vida. El proceso de descomposición varía dependiendo de qué se está transformando. Lo que ocurre en este caso, es que los hongos al no poder hacer su propio alimento (como nosotros, los animales), deben obtenerlo desde otras fuentes, es así como tienen enzimas especializadas para romper células y transformarlas en nutrientes. Cabe mencionar que los hongos son los únicos que pueden descomponer la madera en su fase inicial, por lo tanto, son ellos quienes dan inicio a los ciclos de nutrientes naturales en un bosque, por ejemplo, posteriormente llegarán las bacterias y luego los insectos, con ello las aves, las semillas y la nueva vida comienza.
¿Por qué estas funciones son importantes? ¿hay otras que sea relevante saber?
La descomposición y la simbiosis son importantes de observar, tanto por su complejidad de transformación y cooperación, pero también por su forma de cómo estudiamos y analizamos la naturaleza. Los hongos nos invitan a través de esas funciones a comprender de una forma interconectada los diferentes componentes de un ecosistema. Los roles de los hongos en su totalidad son desconocidos, sólo conocemos el 5% de la diversidad de hongos en el mundo, y más que decirnos un número, lo que indica es que nos queda mucho por descubrir.
¿A qué se referían cuando, en un principio de la pandemia, hablaban del #modomicelio?
El modo micelio nació desde nuestro equipo, específicamente de Marianne Briesse, quien entendió el micelio como el formato al que estábamos siendo convocados al quedarnos en nuestras casas. El micelio está presente durante todo el año y crece y se ramifica de forma silenciosa y en resguardo, y es así como interpretamos que debíamos cuidarnos y cuidar a los demás, resguardados en nuestros sustratos (hogares) y mantenernos hasta que las condiciones fueran las indicadas para manifestarnos macroscópicamente, fuera de nuestras casas.
Existen emprendimientos que generan productos, por ejemplo, cuero, a raíz del micelio. ¿Qué opinan de este tipo de iniciativas?
¡Me encantan! Es fascinante ver cómo los hongos permiten cruzar los límites de lo conocido. Son grupos de personas en todo el mundo, buscando soluciones a los problemas contingentes, como el plástico y la sobreproducción. En Chile tenemos a profesionales trabajando en esta materia, a quienes admiro mucho y espero que, así como los hongos han acompañado y apoyado el camino de la humanidad, espero que con estos descubrimientos y nuevas tecnologías veamos nuevamente en los hongos unos aliados frente a los problemas graves que nos aquejan.
A modo de reflexión, ¿qué podemos aprender nosotros del micelio?
La colaboración, creo que es el camino que los hongos nos enseñan en sus formas de vida y como interconectan todo. Finalmente, entender que la competencia no es el único camino a la sobrevivencia de las especies, es la cooperación y la resiliencia lo que nos lleva a ser más humanos.
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