La vida bajo tierra
¿Qué es lo que está bajo el sustrato que pisamos en los bosques? Desde la Fundación Fungi nos hacen una pequeña aproximación a lo que sucede bajo la tierra y aquello que es capaz de conectar al bosque: el micelio.
¿Cómo suena el suelo? Abajo de la tierra, debajo del bosque y de todo lo humanamente visible. ¿Como un estómago digiriendo nutrientes, quizás? ¿Como una carretera organizada o como el metro? Tal vez suena parecido al cuerpo de un animal, con nodos que laten a modo de corazón.
¿Cómo huele ese lugar inaccesible? ¿Tendrá un aroma esa unión simbiótica llamada micorriza en donde un hongo y una raíz se entrelazan para el beneficio de ambos? Los eternos hilos que entretejen una célula a la vez y a los que llamamos hifas, van formando el “verdadero” hongo: el micelio. A veces, este se adhiere a las raíces para convertirse en un organismo llamado micorriza. Este es el lugar donde se hacen trueques. El árbol le regala carbono al hongo, valioso producto de la fotosíntesis, intercambiándose principalmente por minerales y agua. Se estima que el 90% de las plantas que conocemos a nivel mundial se relacionan de esta forma con hongos.
Gracias a este cableado subterráneo, los árboles logran comunicarse entre sí y se traspasan nutrientes y agua. Esta interconectividad permite una red colaborativa, permitiendo que árboles distanciados, incluso en kilómetros, puedan estar conectados bajo tierra. Por medio de las micorrizas los árboles enfermos o los nuevos brotes, que bajo el sotobosque difícilmente logran hacer fotosíntesis, obtienen alimento de los árboles más viejos.
El micelio de los hongos es versátil y en ciertas épocas del año, somos testigos visuales de esta vida subterránea cuando tenemos la suerte de coincidir con la estructura macroscópica del hongo, el llamado carpóforo, comúnmente nombrado como seta o callampa. Ese momento fugaz en que el hongo que normalmente está bajo tierra, a nivel de raíces, emerge para dispersar sus esporas y reproducirse. Un espectáculo de formas y colores, que pareciera durar tan poco tiempo -del tiempo humano- es en realidad la expresión de algo que está ocurriendo continuamente.
Un hongo que pareciera causar mucho ruido subterráneo es el famoso loyo (Butyriboletus loyo). Su vida transcurre bajo tierra, extendiéndose por metros entre las raíces de robles, coigües y raulíes. Y a veces, cuando las condiciones son las adecuadas, este hongo produce una gran seta, de color ladrillo por arriba y amarillo por abajo, que puede llegar a pesar hasta 5kg. Es un hongo conocido en la cocina sureña, su gran porte acarrea gran sabor. Ha sido recolectado ancestralmente, siendo hoy su principal amenaza la deforestación y el desplazamiento de su hábitat. La unión de hongos y plantas es esencial para su coexistencia.
Quizás nunca tendremos acceso a ver ni oír completamente la vida que transcurre subterráneamente, pero ojos que no ven, corazón que sí siente.