No tenemos que hacerlo todo, pero sí empezar por algo
Alejandra y Agustín, co-fundadores de Vayaconsumismo, comparten con nosotros su camino hacia una vida más amigable con el planeta y su comunidad. Nos cuentan el origen de sus acciones y recalcan la importancia de las acciones individuales, como uno a uno podemos ir cambiando nuestra comunidad con un efecto dominó. Te invitamos a leer esta reflexión sobre la importancia de los cambios sistemáticos para luchar contra el cambio climático y generar cambios en nuestra comunidad.
Una pequeña chispa que prende una reacción en cadena; una pieza de dominó que va empujando a otra y a otra y a otra, generando un movimiento mayor; un cambio de comportamiento individual que inspire a otros, a la familia, al barrio, a la ciudad, que contagie la necesidad de hacer cambios no radicales necesariamente -al menos no al principio-, pero cambios al fin.
La crisis ambiental y ecológica por la que atraviesa el planeta está directamente relacionada a nuestro comportamiento como seres humanos y la relación que, a raíz de ese comportamiento, hemos establecido con nuestro entorno natural. Por eso, ya es extendida la idea de que es urgente cambiar esta relación e importante reivindicar nuestro rol como seres miembros y parte de un ecosistema y no ajenos a él, ni menos dueños de él.
Pero, ¿cómo? ¿Cómo cambiamos la forma de hacer las cosas? Esta respuesta es un poco más difícil, no porque no sepamos cómo sino porque existen muchas maneras de cambiar. Una, por ejemplo, puede ser la reacción a eventos catastróficos, a la escasez de alimentos o a una sequía prolongada; otra puede ser una transición paulatina a una forma de vida más sustentable, eligiendo mejor nuestros alimentos, comprando menos cosas, optando por medios de transporte menos contaminantes y otras acciones simples e individuales que si se suman se transforman en colectivas y van aumentando su impacto positivo.
Vayaconsumismo nace así, nos dimos cuenta que había que cambiar TODO: la forma en que comíamos, cómo nos vestíamos y la forma de movernos.
En nuestro caso, empezamos cuestionando el uso de desechables y prefiriendo reutilizables, dejamos de comer carne (que además de ser la industria más contaminante significaba disminuir el sufrimiento de otros animales), empezamos a usar más la bicicleta y comprar menos cosas, muchas menos cosas. Con el tiempo, después de 5 años de hacer consciente la intención de cambiar nuestros hábitos, hemos ido sumando y mejorando la manera en que lo hacemos y lo más importante para Vayaconsumismo ha sido ir compartiendo y contándole a otras personas que no es tan difícil hacer las cosas de una manera diferente, esperando que esas personas, le cuenten a otras y así sumemos fuerzas para que cada día seamos más, porque todavía estamos a tiempo, pero cada vez queda menos tiempo y es importante empezar.
Si comemos más vegetales y mostramos los beneficios (para los otros animales, la salud, el bolsillo o el medio ambiente, por ejemplo) existe una alta probabilidad que más personas quieran incorporar cambios en su alimentación, aunque sea en un pequeño porcentaje. Si vas en auto, estás en un taco y pasa alguien contento en bicicleta por el lado, se está transmitiendo un mensaje muy potente de que existen otras formas de transportarse por la ciudad, y así podemos encontrar muchas otras situaciones parecidas.
La pandemia que estamos atravesando hoy día nos ha regalado muchos ejemplos de lo poderosos que podemos ser individualmente, tanto para propagar un virus como para cortar una cadena de contagios y prevenir una infección masiva.
Cada persona es un potencial propagador de una buena idea, de un concepto inspirador o de un comportamiento replicable. Es importante también que no nos paralice la perfección, empujemos cambios buenos que luego podremos ir esculpiendo en el camino porque, si seguimos viviendo como lo estamos haciendo ahora, la vida en la tierra tal cual como la conocemos, dejará de existir.
Por eso, es importante empezar. No tenemos que hacerlo todo, pero sí empezar por algo.