Este documental muestra una impensada relación entre un pulpo y un humano. No se detiene mucho en explicar acerca de las costumbres de estos extraños animales, sus hábitos, forma de pensar, alimentarse, reproducirse, etc... sino más bien es un relato de las observaciones que hace el protagonista en torno a su acercamiento a este pequeño animal y las relaciones que puede establecer en sus cambios de ánimo en torno a la amistad que él cree establecer.
Tiene un ritmo lento, lo que genera un ambiente acogedor al escuchar el relato de Craig Foster (el experimentado cineasta que protagoniza el documental) quien cuenta su experiencia al relacionarse con un pulpo al que decide visitar día a día por casi un año. La fotografía mezcla imágenes hechas por él mismo, con bellas tomas de bosques submarinos y muchas especies que habitan este lugar. Fotografía que termina acercando mucho al espectador con el relato.
Lo que ella me enseñó fue a sentir que eres parte de este lugar, no un visitante. Hay una gran diferencia en eso.
Craig Foster
Una película emotiva, que invita a cuestionarnos acerca de nuestra relación con los animales, nuestro entorno y sobre todo con el medio ambiente.