Pescados de descartes: Caldo de herradura o jurel al curry
La conservación de la biodiversidad marina es uno de los retos a los que llevamos haciendo frente en los últimos años y que aún sigue teniendo gran relevancia. Por esta razón, está recogido entre uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por Naciones Unidas. De los ecosistemas marinos depende, en gran medida, nuestra despensa alimentaria y la extracción de biocombustible, pero también los océanos influyen en otros sistemas que hacen posible la vida en la tierra.
Por diferentes razones, durante la pesca, se devuelven al mar muchas especies, vivas o muertas, por no cumplir requisitos: tamaños, cupos, especies poco valoradas, etc. Uno de los principales motivos por el cual estas especies no llegan a puerto es por ser desconocidas, poco valoradas y por tanto no tener buena salida en los mercados. Y cuando rara vez llegan a los puestos, se venden como producto de baja calidad, habiendo poca información sobre su valor y posibilidades culinarias.
No es fácil recomendar qué especies se deben de consumir de forma categórica, pues depende de la temporada y de la región en la que nos encontremos.
Interesarnos por especies que no conozcamos y no quedarnos en las especies “nobles”. El jurel, por ejemplo, es una de las especies más capturadas actualmente en la zona del Cantábrico. Sin embargo, aún poco valoradas en nuestras casas (aunque cada vez es más común encontrarlas en restaurantes). Una de las ventajas de consumir este tipo de pescados es que su costo no es alto, y por tanto, democratizaría el consumo de productos locales de calidad.
A la hora de introducir nuevas especies, cuyo sabor y textura no estamos familiarizados, los guisos son una muy buena propuesta. Aquí va una sugerencia: