Sopa de remolacha (betarraga)
La sopa siempre es un plato ideal para esos días más frescos de otoño e invierno. En esta receta te invitamos a aprovechar toda la remolacha. Las hojas de remolacha tienen más hierro que las espinacas y se pueden comer tanto crudas como cocidas. En sus hojas existe un tesoro nutricional repleto de proteínas, fósforo, zinc, fibra, vitaminas B6, A y C, magnesio, potasio, cobre, manganeso, calcio y hierro.
En la antigüedad, los asentamientos humanos que habitaban las tierras del mediterráneo, donde surgieron las primeras matas de remolacha, sólo se comían sus hojas las cuales eran muy apreciadas como medicina y alimento, pues el bulbo era muy leñoso, seco e insípido. Fue con su posterior domesticación que consiguieron bulbos mas digeribles y sabrosos para el paladar. Fue en ese momento que la remolacha comenzó a formar parte de los alimentos en las dietas humanas.
Esta receta también incluye un ingrediente no muy conocido, pero nativo en nuestro país: la caigua. Esta curcubitácea es nativa de la zona norte-andina y actualmente se cultiva en el Valle de Azapa. Dentro de sus propiedades medicinales, está la reducción de la hipertensión y colesterol alto y, en cuanto a sabor, es muy similar al pepino y pimiento, pudiendo ser consumida fresca, en una ensalada o bien cocida en forma de guiso, rellena, en sopas, etc.